La Papisa: La mujer de cera

Un artículo de Sergi Ferré para Arte Tarot, sobre la Papisa o Sacerdotisa del Tarot.

Ann Jones, una mujer de armas tomar
Una activista, muy poco conocida en nuestro país, llamada Ann Jonnes (1), dice observar que "está de moda (...) rechazar la existencia de una conspiración masculina en la opresión de las mujeres". Añade luego: "Creo en el error, y por tanto en quienes se equivocan". Sí, desde luego, existe el error, el insulto, y por tanto la culpa, y uno debe denunciarlo tantas veces como sea necesario... pero cuidado de verse atrapado en la tela de araña, y acabar convertido en esto que acusas. Verse discriminado o oprimido causan mucho dolor, pero atención, porque salir a cazar culpables y ver conspiraciones donde sencillamente hay lo que hay, puede ser neurótico, y chicos, hay que huir de esto, no vayamos a acabar como el malogrado John Forbes.

Winona R. como una estatua de cera
Vemos en los videoclips musicales, que han educado a varias generaciones de adolescentes, que la mujer objeto está de moda ¡Es cool! En mi grabación menciono algunos, pero manejando en el gimnasio me he encontrado con otros ejemplos. En uno incluso las cara de la cantante se convertía en una caricatura manga. La disociación con la realidad es total, y después de haberte currado esa presencia de maniquí, que luego estés acostada con tu amante y que se te escape un pedete, la verdad es que no sabes muy bien como encajarlo. Es tan inapropiado que lo más seguro es que pienses que el cuesco no ha sido real o que lo has soñado (y quizás ha sido lo más auténtico que has aportado en toda la velada).




La cofia sobrepasa el límite de la carta
Creo que esta cosificación de lo femenino (aunque también lo masculino empieza a vivirse así), se debe a varias razones, pero precisamente una conspiración consciente no es de las primeras que mencionaría. Quizás la carta de La Papisa sea una de las más poderosas de todo el tarot. Fíjate en el tamaño de su tocado... ¡Sobrepasa los límites de la carta! ¡Menuda es! Solo hay otra carta en el tarot de Marsella en que pasa lo mismo ¿Sabrías decirme cuál?

Para seguir hablando de lo femenino (tanto en hombres como en mujeres), lo primero voy a cambiarle el nombre a este arcano. Hablar de una papisa en su momento fue super urticante, porque imagínate una mujer papa en esa época... ¡Impensable! ¡Se veía como algo perverso! Aunque hoy día también sería muy difícil que se diera el caso, esta imagen ha perdido fuerza, ya que la religión cristiana está muerta y enterrada para el proceso lógico del alma, aunque a algunos no les convenga darse por enterados y sigan viviendo como en la Edad Media ¡Allá ellos! Pero, desde luego, lo que sí es más penoso ahora es hablar de ser una virgen. Me gusta más llamarla así, La Virgen, porque actualmente la virginidad, que antes era bien preciado y cuidadosamente conservado, hoy se ha vuelto un engorro y un mal trago que hay que pasar y cuanto antes mejor. Precisamente por eso esta imagen es más interesante.

Sophie Ellis Bextor "Get over you"
Esa virgen, ese eterno femenino, se presenta hoy en día como una figura de porcelana, un recorte en una revista de moda, un objeto decorativo para ponerlo en tu estantería, que se vive a sí misma como un producto de consumo... ¡¡Y lo hace con gusto!! Yo mismo paso horas en el gimnasio para convertirme en un muñeco hinchable al que no le falte de nada y que te entre por la vista. Y veo ésto como una inversión para llenar en un futuro el vacío sentimental, aunque sé perfectamente que ejercitando mis músculos (que sería el encorsetarse femenino), o cuidando mi barba (que es el maquillaje de los hombres), no voy a conseguir amar más... pero sí, quizás, ser más deseado. ¿Amor = Deseo? Desde luego que no ¡y lo sé! pero, como muchos, seguimos empeñados en llamarlo amor cuando queremos decir sexo. Y todo por no saber como encajar a La Virgen impoluta que llevamos dentro, que simbólicamente, se refiere a mi propia manera de sentir, de ser afectado.

Justin Bieber besando un maniquí
Hay quien la rechaza en sí mismo, ya sea hombre o mujer, y entonces la proyecta fuera, en su esposa o en cualquier chica que pueda encarnar esto, a la que se permite odiar a muerte o adorar como a una diosa. En términos de La Virgen no hay punto medio, pero sea de una manera o de otra, cuando uno no la reconoce y está enganchando a esta imagen en el exterior, es un auténtico problema, tanto para quien la proyecta como para quien la encarna. Es por eso que el rechazo a lo femenino no me parece que sea una conspiración, porque al fin y al cabo todos estamos pringando de lo lindo. Y sí que hay hombres que matan a mujeres, pero también se están cargando su propia capacidad de conmoverse, condenados a vivir una vida sin sentimientos. Nadie que fuera dueño de sus actos conspiraría contra sí mismo de esta manera ¡Sería un idiota!

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